El último día de nuestra escapada a la Garrotxa ya había llegado, y para variar, yo enamorada de un lugar nuevo. Con el ya conocido sentimiento (inevitable) de no querer regresar a casa...
Pero, nostalgias a un lado, ¡un día da para mucho! y nosotros intentamos en todas las escapadas exprimirlos al máximo (y creo que lo conseguimos jejeje).