jueves, 21 de agosto de 2014

Escapada a la Garrotxa- Día 3: Besalú, Parc Nou y volcán Montsacopa

Después de la señora pateada que nos pegamos el día anterior: Día 2: Ruta circular de Santa Pau al Sallent y todas las emociones que ello conllevó, dormí como una señora marmota...

Despertamos con un día muy pero que muy caluroso, no recuerdo a cuantos grados debíamos estar pero el Lorenzo pegaba que daba gusto.

Hoy era el turno de visitar la ciudad medieval de Besalú y de allí iniciar una ruta circular para visitar la localidad de Beuda y Maià. Y con suerte, regresar temprano a Olot para visitar el Parc Nou, el volcán Montsacopa y ver el famoso ball del pollastre i el drac (baile del pollo y el dragón) en el barrio del Carme. Pero, al ritmo que llevábamos de incidentes en este viaje ¿saldría todo según lo previsto?






16 de Julio 2014

Una cosa estaba clara: los incidentes con los autobuses habían cesado ¡nos hemos hecho expertos en eso de movernos por la Garrotxa en bus!.

Después de desayunar en el albergue nos pusimos en marcha para coger el autobús con dirección a Besalú y después de unos veinte minutos de trayecto y pasarnos la parada (vaya par de "expertos") haciendo que tuviéramos que caminar un poco por carretera para llegar a la ciudad, ¡al fin divisamos la Besalú medieval!.


Antes de llegar al puente que cruza el Fluviá para entrar en la ciudad, hicimos parada en la oficina de turismo para hacernos con un plano y información diversa sobre el patrimonio.


Besalú, cuyo nombre original era Bisuldunum, que nos indica que era una fortaleza entre dos ríos: el Fluviá al sud y el Capellades al norte. Es una hermosa ciudad de gran patrimonio medieval (el castillo de Besalú que dio origen a la ciudad, ya se encuentra documentado en el siglo X) y es tal su valor arquitectónico que en el 1966 fue declarada "Conjunto Histórico-Artístico Nacional". 

Realmente es casi imposible no contemplarla con la boca abierta al llegar al grandioso puente románico, de siete arcos de medio punto, que nos invita a descubrir todos los rincones de la antigua ciudad...



Al cruzar las enormes puertas de Besalú me invadió el fantasioso sentimiento de viajar en el tiempo, a esa misma ciudad siglos atrás donde: comerciantes, peregrinos, soldados y remeieres (mujeres conocedoras de las plantas medicinales y remedios populares) entraban y salían por esas mismas puertas impregnadas de historia.

Decidimos pasear por las calles de Besalú y ver los lugares de más interés por nuestra cuenta en vez de pagar la visita guiada que ofrece la oficina de turismo y alguna empresa privada.

  • Monasterio de Sant Pere

Del monasterio benedictino original solo se conserva la iglesia. Este grandioso templo se fundó en el año 977 por el conde Bisbe Miró y fue consagrado en el 1003 por el conde más importante de la historia local: Bernat I, también conocido como Tallaferro.


Una de las peculiaridades de esta iglesia es el deambulatorio o pasillo reservado a lo peregrinos, en el que se veneraban las reliquias de San Primo y San Feliciano.
Durante la edad media, la peregrinación a Besalú fue muy importante (de ahí la presencia del hospital de Sant Juliá donde se alojaban los peregrinos y donde no tuvimos la suerte de poder entrar...)


En la foto inferior podéis ver uno de los capiteles de la entrada del hospital de Sant Juliá para peregrinos.


Tampoco pudimos visitar por dentro la iglesia de Sant Vicenç (actual parroquia del pueblo, ya documentada en el 977), la Cúria Reial (edificio noble, datado entre el siglo XIII y el XIV donde a parte de su interés arquitectónico e histórico suelen hacer pases de documentales donde amplían la información sobre la ciudad, pero desgraciadamente ese día estaba cerrado), la Casa Cornellá y la Colegiata de Santa María (la mayoría de estos lugares se pueden visitar pagando la visita guiada cuyo precio ronda los 4 euros, nosotros como teníamos en mente centrarnos más en el barrio judío y el miqvé, a parte de iniciar ruta a Beuda. Decidimos dejar a un lado todos estos edificios).

Debo decir que a parte de los lugares de gran interés como los que he mencionado, las calles y callejuelas de Besalú, las casas, plazas y tiendas merecen la misma atención que estos lugares. Donde las piedras grises, los arcos, la artesanía y las viejas puertas de madera maciza entre aromas de Ratafia te mantienen en esa extraña y excitante sensación de estar paseando en un lugar del medievo que ha quedado pausado en el tiempo.



En una de las calles del barrio judío, encontramos diversos monumentos contemporáneos en forma de silla. Algunas sobre las abombadas paredes de piedra de una casa, mirando al cielo y otra de altas patas donde a Alejandro solo le faltaba una taza de te y un buen libro para complementar la foto :)


  • Sinagoga y Miqvé

Llevábamos ya bastante rato de paseo por la ciudad asandonos vivos ¡hacía una calor terrible!, cuando decidimos contratar la visita guiada a la sinagoga y el miqvé (el primero descubierto en España y tercero en Europa) que bajo mi punto de vista es lo más valioso (arqueológica-mente hablando) que tiene Besalú y si la memoria no me falla, contratar la visita guiada cuesta unos 4 euros (solo se puede entrar al miqvé con visita guiada).


Como era entre semana y aún temporada baja, tuvimos el privilegio no solo de pasear tranquilos sin la masificación de gente por las calles de Besalú, sino que tuvimos a la guía de Ars Didactica (la empresa donde contratamos la visita) para nosotros solos...
Realmente fue una visita de lo más interesante y la cual recomiendo 100%, considero que visitar Besalú y no ver el baño ritual judio (miqvé) es un grave error. Estubimos tan absortos con la visita y las explicaciones de la guia que se nos pasó por alto fotografiar nada ¡mil perdones! de modo que adjunto aquí un enlace de la web oficial del ayuntamiento de Besalú donde podréis leer información más detallada y encontrar más información turística de interés.


  • Restos arqueológicos de casas romanas y medievales

Después de nuestra visita a la sinagoga y el miqvé, la guía nos recomendó pasear por la calle Tallaferro y ver las vistas del puente desde el mirador (donde también se alcanza a ver algo del castillo de Besalú, que al ser privado no se puede visitar).
Muy cerca del mirador del puente encontramos un segundo mirador que nos muestra los descubrimientos arqueológicos más recientes de la ciudad (los restos de dos casas: medieval y romana) además de parte de la antigua muralla, donde encontramos unos paneles explicativos.





Después de haber terminado con nuestra visita por Besalú decidimos dejar correr la ruta circular que teníamos prevista. Hacía demasiada calor, realmente íbamos buscando sombras constantemente y no nos apetecía nada en absoluto ponernos a caminar con aquel bochorno. De modo que nos tomamos el día con calma, aprovechamos la salida a Besalú para no dejarnos ningún rinconcito de la ciudad y después de dar una vuelta por las orillas del Fluviá, ver el huerto de plantas aromáticas utilizadas para la fabricación de Ratafia y ver un antiguo molino, nos fuimos a comer al restaurante Ca la Nídia (se encuentra junto a la oficina de turismo) donde comimos de maravilla.






Después de comer, como aún nos quedaba un rato para coger nuestro autobús de vuelta a Olot, subimos al mirador que hay junto a la piscina municipal de Besalú, desde donde podemos ver una visión más aérea de la ciudad. 



La subida al mirador con la calor fue la gota que colmó el vaso, de modo que al bajar de nuevo a la parada del autobús lo esperamos tirados en la sombra de un portal. ¡Vaya estampa deberíamos hacer! con las mochilas, tirados de mala manera y muertos de calor jajaja.

Al llegar a Olot y pasar por el albergue, decidimos visitar el Parc Nou y el volcán Montsacopa ya que aún nos quedaban unas horas antes de que empezara el ball del pollastre i el drac (baile del pollo y el dragón).


De camino al Parc Nou nos encontramos con esta estatua moai esculpida con piedra basáltica de Castellfollit de la Roca y cuyo sombrero esta esculpido en piedra de la Isla de Pascua (hermanada con Olot).


El Parc Nou de Olot me enamoró, realmente lo hizo, creo que no he visitado un parque municipal tan hermoso y ancestral como este... me resultó mágico, de gran belleza natural y donde pensé que si viviera en la ciudad de Olot pasaría grandes ratos en este parque... escribiendo, paseando, leyendo, soñando... realmente es una joya dentro de la ciudad ¡de esos lugares de visita obligatoria!.






Dentro del parque hay un bosque de robles milenarios precioso, tan grandes que incluso hay un cartel que avisa que en caso de vientos fuertes o tormentas no es recomendable internarse en el bosque...


Esta pequeña biblioteca es una iniciativa que me encantó y que creo que debería hacerse en muchísimos lugares ¡son de esas cosas que cuando la gente coopera los resultados son realmente hermosos! en esta mini biblioteca puedes encontrar información detallada sobre la zona volcánica de la Garrotxa, los volcanes, fauna y flora, botánica etc... y un buen montón de libros de interés ambiental que puedes llevarte gratuitamente o intercambiarlos, el único requisito: dejar constancia en una pequeña libreta donde queda reflejado el movimiento de gente que utiliza la mini biblioteca ¡es simplemente genial! yo me llevé dos libros super interesantes: uno de ecoturismo por España y una guía con 13 itinerarios por el territorio catalán para hacer con adolescentes (siendo monitora de tiempo libres me viene de perlas). Alejandro se llevó alguno también, entre ellos el que explica la historia de como surgió la cooperativa de la Fageda.
La mini biblioteca la encontramos en el corazón del Parc Nou, junto al museo volcánico y oficina de información que desgraciadamente cerró justo cuando nosotros llegamos y no la pudimos visitar.


Para que podáis haceros una idea de lo inmensos que son los arboles de este parque, fijaros en la foto superior, la proporción de este "arbolito" conmigo... si si yo soy esa sombra que hay junto al tronco... ¿pequeñito verdad?


Dentro del Parc Nou descubrimos algo que tanto a Alejandro como a mi nos encanta: ¡Un jardín de plantas medicinales! ¿como no iba a enamorarme de semejante parque? arboles milenarios, plantas medicinales, mini biblioteca... ¡el paraíso! 








Me hubiera quedado horas y horas paseando por el Parc Nou con la boca abierta y mirando las copas de los gigantes arboles, pero el tiempo se nos echaba encima y aún nos quedaba por visitar el volcán de Montsacopa que justo nos quedaba en la otra punta de la ciudad de Olot (junto al cementerio), de modo que dejamos el parque y pusimos rumbo al volcán siguiendo el itinerario pedestre numero 17 desde el Parc Nou.

El volcán de Montsacopa está declarado reserva natural dentro del parque de la zona volcánica de la Garrotxa. Junto a su cráter encontramos la ermita de San Francisco del siglo XVII y las dos torres de defensa que se construyeron durante la ocupación francesa en 1812.
La subida al volcán la asciendes por un buen montón de escaleras de madera, pero la subida merece la pena ¡las vistas de Olot son excepcionales!





En la imagen superior podéis ver las vistas de la ciudad de Olot desde el Montsacopa y abajo las vistas que quedan justo al otro lado del volcán (donde vemos otro volcán justo delante nuestro, seguramente el de la Garrinada) desde una de las torretas de vigilancia.


Y sentados allí, en esa antigua torre de vigilancia, maravillados en silencio de todo lo que nos envolvía, pudimos ver a lo lejos el Canigó...


Comenzaba a atardecer, el cielo estaba salpicado de tonos anaranjados y los rayos del sol se filtraban dorados entre los arboles. Bajamos de la torreta (donde vimos este alacrán) y descendimos hasta el centro del cráter, donde simplemente me tumbé y pensé: Xantal, quien te iba a decir hace unos meses atrás, incluso años atrás, que ahora mismo estarías tumbada en el centro del cráter de un volcán sin ninguna preocupación dando vueltas por tu cabeza, ni pensando en el futuro, simplemente sintiéndote tan agusto y feliz... realmente en ese instante desee detener el tiempo, fue un momento especial.



Creo que el rato que pasamos en el volcán de Montsacopa, disfrutando de un atardecer precioso y unas vistas majestuosas, fue lo mejor (para mi) de todo lo vivido en esta escapada. Realmente fue un momento especial, de esos en los que sientes que estás en el lugar adecuado, en el momento adecuado, con la compañía adecuada y te invade una sensación de paz, armonía y calidez que raras veces puedo experimentar.





Con el atardecer y una familia de conejos que buscaban comida por los alrededores del cráter, muy a nuestro pesar (realmente los dos estábamos la mar de a gusto en el volcán) decidimos bajar hasta el barrio del Carmen, en breves comenzaría el anteriormente nombrado ball del pollastre i el drac.


Como si fuéramos dos vecinos más del barrio, al llegar al barrio del Carmen, nos cogimos un par de sillas plegables y nos unimos al circulo que se había formado junto a la iglesia del Carmen. 
Reinaba ese ambiente de hermandad, alegría y entusiasmo típico de las fiestas populares y que a mi tanto me gusta... la gente sonriente y animada, los chiquillos emocionados correteando de aquí para allá, intentando ver al drac (dragón) o al pollastre (pollo). El entusiasmo fue el protagonista durante la espera y durante el baile.

El baile para mi entender muestra como un dragón con un poco de hambre persigue un pollo para comérselo, primero danza el pollo, haciendo ver que feliz cacarea por el campo, luego el dragón que busca alimento (con bengalas encendidas) dando vueltas sobre si mismo, luego vuelve a aparecer el gallo que sigue cacareando y de nuevo el dragón (al que un par de niños intentan asustar con palos para que se aleje del pollo) y por último ambos, en la supuesta persecución hasta que el dragón consigue su presa. Espero haberlo entendido bien :D de no ser así, si algún Olotí o Olotina lee esto que me corrija ;), el baile es muy bonito de ver, apto para todos los públicos ya que la pirotecnia que lleva el dragón no tiene petardo y es recomendable ir con bastante antelación si se quiere encontrar un buen lugar para verlo ¡la plaza se llena en minutos!



Después del espectáculo callejeamos un poco por el centro de Olot hasta el albergue, y de paso pudimos ver la fuente iluminada de la plaza Clara. 


La última noche en Olot había llegado y como siempre comenzaba a invadirme esa sensación de no querer volver a Sant Feliu de Llobregat y prorrogar más días de viaje, pero bueno, supongo que también reside ahí la gracia y aunque esta escapada estuviera llegando a su fin, aún nos quedaba todo el día siguiente con cosas preparadas ¡visitaríamos la cooperativa de la Fageda! y ¿quien sabe que tipo de aventuras nos esperarían?.